En una isla intensamente fotografiada, tenemos la mirada saturada de paisajes idílicos, de playas vírgenes idealizadas y de arquitectura rural de vitrina que se han convertido en iconos de mercadeo. Más allá está otra Menorca, el proyecto de un visionario de la imagen poética y un revolucionario de la emoción visual. Damià Coll (Ferreries, 1960) nos invita a través de su cámara al descubrimiento de otra belleza menorquina, surgida de la autenticidad, la simplicidad y la espontaneidad del momento.
Es uno de los precursores de la nueva fotografía artística de naturaleza, que irrumpe con fuerza en la Isla. Guardo en la retina una de las imágenes formidables del autor: unos tallos de hierba seca, doradas por la luz y refulgentes con diminutas gotas de serena. Un tesoro visual, donde el fotógrafo nos transmite que el oro más preciado es en lo más pequeño, insignificante y libre. Y es que la mirada de Damià Coll tiene un componente zen. Sin pretensiones aparentes, simplemente se deja llevar por la emoción de la vivencia, fascinado por lo natural, esencial, delicado, sublime, transmitido sin artificios. Su fotografía recuerda a la estética japonesa, ya su decálogo de principios. Nos traslada a referentes estéticos y filosóficos orientales ancestrales, que recobran plena actualidad en la visión de la naturaleza de Damià Coll: una alternativa pausada, tranquila y de calma activa de observar, sentir y vivir.
Guardo en la retina una de las imágenes formidables del autor: unos tallos de hierba seca, doradas por la luz y refulgentes con diminutas gotas de serena. Un tesoro visual, donde el fotógrafo nos transmite que el oro más preciado es en lo más pequeño, insignificante y libre. Y es que la mirada de Damià Coll tiene un componente zen. Sin pretensiones aparentes, simplemente se deja llevar por la emoción de la vivencia, fascinado por lo natural, esencial, delicado, sublime, transmitido sin artificios. Su fotografía recuerda a la estética japonesa y su decálogo de principios. Nos traslada a referentes estéticos y filosóficos orientales ancestrales, que recobran plena actualidad en la visión de la naturaleza de Damià Coll: una alternativa pausada, tranquila y de calma activa de observar, sentir y vivir.
El fotógrafo, a través de su obra fotográfica, materializa un trabajo no sólo de calidad técnica y compositiva, también original, creativo y artístico. La búsqueda y descubrimiento de los lugares más escondidos, salvajes, solitarios y salvajes de la Isla implica también un viaje iniciático. El reto personal de la superación de los límites y materializar los sueños, saber sintonizar con el entorno natural como observador respetuoso de un territorio cada vez más amenazado como simple objeto de ocio y consumo.
La atención en un borcaño, una hoja, en un cielo tormentoso, en un rincón sombrío, en una gota de amanecer o en un reflejo de luz en el mar hace que Damià Coll, el explorador sensible, nos recuerde que es en el insignificante y desapercibido en el que radica la magia y la poesía de la existencia.
Laura Bañón
Prólogo del libro Mianorca (2017)
La fotografia de la calma activa i el silenci
1r. Premio de la categoria "Geologia Quotidiana" (GEOFOTOS 2023)
1r. Premio concurso de fotografia Domingo Marquès 2023
1r. Premio VII concurso de fotografia "Líthica tardor" 2022
1r. Premio Concurso de Fotografia geológica "Pere Pons" 2021
1r. Premio 27è Concurso de fotografia "Parc Natural del Cadí-Moixeró" - Tema: "Flora de muntanya al Parc Natural" 2019
1r. Premio VI concuros de fotografía "Líthica" 2018
1r. Premio II Concurso de fotografía "Compressport Trail Menorca CdC" 2017
1r. Premio XXV Concurso de fotografía "Parc Natural del Cadí Moixeró" 2017 (votación popular)
1r. Primer premio de fotografía con motivo del I Concurso fotográfico del Centro de Geologia de Menorca 2016
1r. Premio concurso de fotografía convocado por La Agència Menorca Reserva de Biosfera del "Consell Insular de Menorca" para ilustrar la portada del libro "Guia de les plantes de Menorca" 2014.